miércoles, 19 de mayo de 2010

Mapa político con cambios drásticos de color


Los últimos procesos se han dividido en blanco y morado

SD. En los últimos procesos electorales para elegir las autoridades municipales y congresuales, el mapa político del país ha tenido transformaciones drásticas en su tonalidad, que se evidencian más que todo a nivel senatorial y que, como en el actual proceso, tiende a inclinarse en su gran mayoría a un solo partido.

Con excepción del año 1994, cuanto los votantes equilibraron los colores entre el rojo y el blanco, con un pequeño punto de contraste en morado, el mapa se ha inclinado hacia un solo color que, según las circunstancias que primen del momento ha sido blanco o púrpura.

En las elecciones de aquel año, siendo presidente de la República el extinto líder reformista Joaquín Balaguer, el Senado de la República quedó compuesto por 15 representantes del Partido Revolucionario Dominicano (PRD) y 15 del oficial Partido Reformista Social Cristiano (PRSC).

Mientras que el Partido de la Liberación Dominicana (PLD) apenas consiguió un senador.

Los resultados de entonces se determinaron básicamente por la denominada campaña sucia que se denunció desde la oposición perredeísta y que tuvo como centro los rasgos físicos y raíces haitianas de su líder y candidato presidencial, José Francisco Peña Gómez. Todavía entonces las elecciones congresuales estaban unidas a las presidenciales.

En el proceso hubo, además, fuertes denuncias de fraude, que según se dijo, hasta los muertos votaron, lo que provocó una crisis política que llevó incluso a una reforma constitucional y a un llamado a elecciones dos años antes de lo previsto.

1998

En el 1998, el proceso de elección se dio en un ambiente de pesar por la muerte, apenas seis días antes de las votaciones, de Peña Gómez y como en forma de reconocimiento póstumo al líder, la mayoría de los dominicanos le dio su voto al PRD, que se alzó con 24 de las 32 senadurías.

Ese año, el PLD alcanzó 4 escaños en el Senado, el PRSC, dos; las alianzas del PRD con los partidos Revolucionario Independiente (PRI) y Unidad Democrática, uno cada una.

El pincel de los votantes volvió a marcar de blanco el país en el 2002, cuando el PRD alcanzó 29 senadurías, el PRSC dos y el PLD, sólo logró ventaja en el Distrito Nacional.

Hipólito Mejía, como presidente de la República y líder de PRD, logró mantener la simpatía del partido, a diferencia de lo que pasó con Fernández en el 1998.

Sin embargo, el PLD, en voz de su secretario general, Reinaldo Pared Pérez, atribuyó el triunfo blanco a un "arrebato" mediante el fraude, orquestado a base del uso de los recursos del Estado en la compra de cédulas y el reparto de zinc y madera. "Muchos presidentes de colegios electorales falsearon los resultados finales, todo eso impidió que el PLD no obtuviera ganancia de causa", denunció entonces el hoy reelecto senador del Distrito.

EN EL 2006

En el 2006, los papeles se cambiaron y quien obtuvo la gran mayoría fue el PLD, con un total de 22 senadores, mientras que el PRD bajó a seis y el PRSC subió a cuatro.

Leonel Fernández logró eliminar la sombra de comesolismo que lo sacó de la presidencia en el 2000 y convenció a la mayoría de los dominicanos para que le diera su "Congreso para el Progreso" y derribó así a la Alianza Rosada PRD-PLD. Pero no todo fue verbo, pues según la oposición e informes del Participación Ciudadana de entonces, el proceso se vio salpicado, por el uso abusivo de los recursos del Estado, así como la todavía vigencia del Proyecto Presidencial Hipólito (PPH), que tres años después recordaba a la población la crisis económica del 2003.

Ahora, cuando el oficialismo morado se volvió a imponer de manera avasallante en 31 senadurías, vuelven las quejas del PRD, que desde antes de las votaciones denunciaban un "uso abusivo de los recursos del Estado".



De Tania Molina

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