lunes, 31 de mayo de 2010

Carretera San Juan- Barahona en su etapa final


Triángulo de Desarrollo del Suroeste


Fotos: Cortesía de Ismael García Batista/ El Granero del Sur
Por: Eduardo Dauhajre

San Juan de la Maguana.- Los habitantes de la región Suroeste veremos ¡por fin!, hecho realidad un viejo sueño que data de casi medio siglo de reclamo público, pero que en término oficial adquirió impulso en el gobierno del extinto presidente don Antonio Guzmán, quien en el año 1979 se comprometió a iniciar la construcción de la carretera San Juan-Barahona.

Sus propulsores, entre quienes me cuento por condición en aquella época de Gobernador Civil de San Juan, concebimos esta obra como la última línea del “Triángulo de Desarrollo del Suroeste”, puesto que con éste quedarían unidas en una especie de triángulo vial las provincias de Azua, San Juan y Barahona.

Treinta años después corresponde al gobierno del presidente Leonel Fernández poner en ejecución con la suficiente voluntad política todo un tinglado desarrollista para materializar esta portentosa autovía, cuya culminación coincide con la reconstrucción de la carretera Azua-San Juan, lo cual será un factor determinante para agilizar el transporte, acortar distancias entre los pueblos del Suroeste, facilitar el movimiento agropecuario y crear una base cierta para el desarrollo turístico.

El autor, que fue también testigo ocular de la emoción sentida por el presidente Guzmán al anunciar esta obra, puede ofrecer por igual testimonio de la frustración que representó para éste no poder materializarla, como consecuencia de la crisis que originó en la economía dominicana la inesperada y brutal alza de los precios de los derivados del petróleo durante su Gobierno.

Justo entonces es reconocer pues, la fe y la perseverancia que en este nuevo y fértil empeño ha demostrado el Gobierno por la vía del ministro Ing. Félix Bautista, director de la Oficina de Ingenieros Supervisores de Obras del Estado, al ejecutar en medio de una crisis internacional de igual o mayor proporción que la vivida en 1979 esta obra, la cual comprende un tramo carretero de 19 kilómetros y 12 metros de largo, con una anchura de aproximadamente 10 metros, desde la sección Cardón de San Juan, hasta el Batey 2 de Barahona.

La nueva carretera está cubierta de cemento asfáltico de dos pulgadas de espesor y protegida con barandillas y señalizaciones horizontales y verticales en aquellos tramos más difíciles, y cuenta con cunetas encachadas donde es necesario y puentes bajo nivel y sobre nivel de carretera.

Para los sanjuaneros se abre la ventana de la esperanza, porque esta obra nos ha hecho recobrar el orgullo de volver a ser “El Granero del Sur”, en virtud de que por la nueva autovía hemos encontrado una ruta muy corta por donde, en menos de 30 minutos, estaremos embarcando hacia el exterior, por el puerto de Barahona, nuestros productos agrícolas y pecuarios, poniendo fin a la costosa dependencia en términos de transportación que ha significado hasta el día de hoy el uso obligado de los puertos lejanos de Haina y Santo Domingo.

Para los sanjuaneros es de gran regocijo tener una vía de acceso al mar por donde puede adquirir un empuje fabuloso el turismo interno, de playas y montañas, al poder en sólo 30 minutos movilizarnos hasta Barahona, que es un centro marítimo con más de un siglo de historia, ciudad que añade a su actividad portuaria el hecho de poseer un aeropuerto internacional que adquirirá mayor pujanza a partir de la inauguración de la obra. El entusiasmo nuestro es extensivo por igual a los habitantes de Elías Piña y otras demarcaciones del Sur, pues tendrán los mismos beneficios citados.

Creo que el gobierno debe poner en marcha un plan de remozamiento del Aeropuerto Internacional María Montez para aprovechar al máximo los beneficios extendidos a los viajeros que utilizarán esta vía con fines personales, comerciales o turísticos.

El académico y político doctor Tirso Mejía-Ricart Guzmán con su visión de futuro y teniendo en cuenta el interés nacional como ha sido siempre su lineamiento vertical en su vida ciudadana, publicó el pasado 12 de septiembre un artículo en el periódico Hoy, en el cual señala que el Gobierno “se anota un tanto significativo a favor del desarrollo territorial del país en dos de sus regiones más empobrecidas, cerca de la frontera sur; con los avances anunciados en la construcción de edificios para los centros universitarios regionales de Barahona (Curso-UASD) y San Juan de la Maguana (Curo-UASD); así como con una carretera de primera entre esas dos ciudades, cabezas de Regiones de Desarrollo de Enriquillo y El Valle”.
Anota el destacado profesional y dirigente político que “La carretera Barahona-San Juan de la Maguana vendrá a unir las seis provincias que constituyen estas dos regiones, que son ampliamente complementarias, pues la primera tiene puerto, aeropuerto, playas, industria azucarera, de cemento, sal y yeso y otras, así como un mercado de cuatrocientos mil consumidores; en tanto que El Valle de San Juan es un centro agropecuario de gran feracidad, todavía en parte inexplotado, que vinculará a la hoy casi aislada región de Enriquillo con el resto del país.

¡Más claro de ahí ni el agua!, hubiese dicho el presidente Joaquín Balaguer. De ahí que estoy totalmente convencido que con la realización de las obras de infraestructura citadas por Mejía-Ricart, más el conjunto de obras vitales que se reclaman en las provincias del Suroeste y del valle de San Juan, tales como acueductos, ampliación y mejoría del servicio de electricidad, centros de salud, incentivos y necesaria integración social y económica equilibrada de toda la región Suroeste.

Saludo con vehemencia y complacencia esta obra, que es la mayor trascendencia que se ha hecho en los últimos tiempos y que representa la reconversión de San Juan en “El Granero del Sur” y que abre las puertas al desarrollo para Elías Piña y su entorno de gran belleza turística, la flor de Bánica; Azua, tierra de hombres poetas y hombres cultos; Bahoruco, Independencia y Pedernales con sus montañas y extensas llanuras, lo mismo que sus hermosas cascadas de San Rafael, el Lago Enriquillo, las Tres Barias, las aguas dulces de los ríos Guayabal y Los Bolos, Las Caritas, la Sierra de Neiba, Bahía de las Águilas, el Hoyo de Pelempito, el Parque Nacional Jaragua, la Laguna de Oviedo, entre otros puntos que son escenarios paradisíacos de recreación y contemplación.

Con igual vehemencia solicito encarecidamente a los ediles de los ayuntamientos de la región favorecida por la generosidad del Jefe de Estado, emitan en sus respectivas corporaciones edilicias resoluciones declarando al Presidente Leonel Fernández “Hijo Meritísimo” y la fecha de la inauguración de la obra como “Día de regocijo Municipal y Regional”, en el entendido de que el mandatario se ha colocado sobre su cabeza los laureles de Gran Constructor, y como tal pasará a la historia, por ser el estadista que mayor preocupación ha demostrado por el desarrollo de la región Suroeste.

No hay comentarios:

Publicar un comentario